Cárceles
Finalmente, cuando hemos perdido la fragilidad de nuestro cuerpo, nuestra alma siente con furor lo que realmente podríamos llamar dolor.
CÁRCELES
La respiración se me corta y la fragilidad de mi ser me recuerda el veneno en mis venas,
el dolor de la carne y a mi espíritu queriendo escapar de este recipiente
Las toxinas se infiltraban en mi sangre, calcinaban vísceras, molían huesos
En mi boca un sabor pútrido
El otro me disminuyó
consumió cuerpo y alma
me obligó a vivir en un armario con celdas invisibles
Alimentándose con mi sangre y lágrimas
Cosió mi boca y me encadenó frente al abismo
La respiración se me corta y la fragilidad de mi ser me recuerda el veneno en mis venas, el dolor de la carne y a mi espíritu queriendo escapar de este recipiente.
El otro consumió mi cuerpo, dejándome agonizante.
- Azul.
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